La Hna. Marta Margarita es la Superiora General de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima

"Nosotras de estar afectadas, de sufrir perdidas nos convertimos en un centro de acopio donde toda la Isla de Puerto Rico y Estados Unidos se volcó para ayudar y ahí experimentamos ese camino sinodal."

¿Como le resuena este título, este tema?

Para mí es pertinente y actual porque lo estoy viviendo en la fragilidad, en la vulnerabilidad física, humana y sobre todo pienso en este momento en que hemos vivido seísmos , catástrofes naturales en diferentes lugares y sobre todo por la pandemia por Covi19 y sus variantes que nos ha tocado tanto a nivel personal como a nivel congregacional, comunitario, nuestros familiares voluntarios, colaboradores y uno ha experimentado esa vulnerabilidad, esa incertidumbre, qué hacer hacia dónde vamos qué nos espera y también el número reducido de hermanas, de los miembros de nuestras congregaciones que ya van envejeciendo, son mayores, la promoción vocacional, pues no entran con mucha fluidez, y entonces grande obras y proyectos y todos estamos en que hacer y todos hemos estado entrando en ese proceso de restructuración y por eso para mí este tema es pertinente y muy actual, que va a la fibra intima y profunda de cada ser, de cada superiora general.

¿Cómo vive la vulnerabilidad en su vida personal?

En mi vida personal experimenté de manera especial la muerte de mi padre que estaba sano y productivo, y de repente le da un derrame y cae en el hospital y esta 10 días hospitalizado gracias a Dios mi mama y todos mis hermanos pudimos estar allí con él pudimos acompañarle pero a la vez tenia un viaje a Portugal para ver una futura misión y otros compromisos congregacionales y en esa situación de que no puedes ver a tu familia que te necesita y tienes que tomar una decisión en la congregación y tienes ganas de llorar por loque te ha venido encima y no puedes tienen que secarte las lágrimas y seguir.

Ahí experimenté esa vulnerabilidad. Recientemente cuando estaba en República Dominicana y recibí la invitación de ustedes me encontraba pasando una gripe muy fuerte con fiebre alta, escalofríos etc y yo decía Dios mío aquí estoy abrazando la vulnerabilidad, la fragilidad. Yo pensaba que me iba a morir por esta situación y decía Dios mío, que no me muera aquí en República Dominicana que sería muy complicado para mi familia, el traslado…. la congregación y estaba en ese dilema pero gracias a Dios ya pude llegar a Puerto Rico, me estoy recuperando, pero he experimentado como en medio de todo esto, que tu te sientes enferma, débil, frágil tienes que seguir con las responsabilidades de la Congregación y ahí a nivel personal en eso experimento esa fragilidad, esa vulnerabilidad, donde siento que el Señor nos capacita, nos da la fortaleza y la gracia pare emprender y llevar la cruz cada día.

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