Hna. Maria Presentación Martin, Superiora General Misioneras de Marilan durante la reunión conjunta UISG-USG (22-24 de noviembre de 2023).

En este nuevo modo de de encontrarnos, de escucharnos, de sentirnos hermanos unos a otros, para mí, ese ha sido como una un resurgir de esta Iglesia de esta vida religiosa que quiere ser más cercana, más inclusiva también para todos los que formamos parte de esta Iglesia. 

Podemos ser signo de esperanza dando alegría, dando fortaleza, no quedándonos en el en el miedo en encerrándolos sino más bien ir acompañando a ese pueblo que sufre. Creo que es una manera de dar esperanza. Eso que Jesús nos dice, que el reino de Dios es como la semilla de mostaza tan pequeñito pero que puede crecer y las aves pueden reposar en ella.

Entonces esos signos de esperanza, aunque sean muy pequeñitos, una sonrisa un esfuerzo de trabajo para poder salir adelante con los pobres y con todos, podemos hacerlos muchísimo como vida consagrada integrándonos juntos, vida consagrada femenina y masculina. 

En mi país estamos haciendo también un trabajo de sinodalidad. Ya trabajamos con algunas congregaciones religiosas masculinas, hemos trabajado en Justicia, Paz e Integridad de la Creación, estamos trabajando con congregaciones masculinas y aquí.

Creo que también es el llamado a que debemos fortalecer esos lazos de fortaleza, de comunión, porque la vida consagrada es una sola verdad aunque seamos femeninos o masculina, el carisma es uno solo: el amor a Cristo es la entrega a Cristo cada uno con su carisma pero todos vamos hacia ese amor de Dios.

Entonces creo que esta participación entre la vida consagrada femenina y masculina ha sido como una escuela que nos invita a aprender. Hemos aprendido a estar juntos, a compartir juntos nuestra experiencia, nuestra vivencia y también nuestras esperanzas, nuestros deseos hacia el futuro y podemos trabajar juntos y juntas.