28/04/2024
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La vida religiosa está llamada a ser profeta en la sociedad
Religious Life called to be a prophet in our society
Entrevista con Pedro Celso Tramontin, Superior General de la Sociedad del Divino Salvador, durante la reunión conjunta UISG-USG (22-24 de noviembre de 2023).
La primera idea que me viene al corazón y a la mente es un gran sentimiento de gratitud por todo el trabajo realizado y por todo lo que ha generado en las personas que han participado y participan en este proceso.
Un gran sentido de gratitud que viene también sobre todo de la escucha de los que participan en el encuentro y que genera también la acción como consecuencia de la escucha: el compartir, el trabajar juntos, que es muy importante hoy, la intercolaboración, la intercongregacionalidad, el sentido de verdadera unión que debe existir sobre todo en nosotros como ejemplo que también estamos llamados a dar de unión, de colaboración, de trabajar juntos y, como el tema del sínodo, caminar juntos. ESer profeta es siempre anunciar y denunciar.
Y más que nunca hoy, la vida religiosa, la vida consagrada está llamada a ser profeta en la sociedad en la que vivimos e incluso en la comunidad y en cada persona como testimonio personal. Creo que tenemos mucho que anunciar y mucho que denunciar, sobre todo dando testimonio a través de nuestra vida personal, pero también afrontando realidades, como la de los jóvenes, que es un gran reto hoy: acompañarlos, ayudarles, educarles y caminar con ellos.
Y más que nunca hoy, la vida religiosa, la vida consagrada está llamada a ser profeta en la sociedad en la que vivimos e incluso en la comunidad y en cada persona como testimonio personal. Creo que tenemos mucho que anunciar y mucho que denunciar, sobre todo dando testimonio a través de nuestra vida personal, pero también afrontando realidades, como la de los jóvenes, que es un gran reto hoy: acompañarlos, ayudarles, educarles y caminar con ellos.
Y más que nunca hoy, la vida religiosa, la vida consagrada está llamada a ser profeta en la sociedad en la que vivimos e incluso en la comunidad y en cada persona como testimonio personal.
Creo que tenemos mucho que anunciar y mucho que denunciar, sobre todo dando testimonio a través de nuestra vida personal, pero también afrontando realidades, como la de los jóvenes, que es un gran reto hoy: acompañarlos, ayudarles, educarles y caminar con ellos.
La juventud y luego todo el proceso de formación es también hoy un gran desafío. ¿Qué ideas necesitamos realmente para ayudar a los jóvenes a crecer? Pero también la vida religiosa en su conjunto.
Entonces ser profeta, denunciar, proclamar, ser testigo y estar presente sobre todo en las realidades más desafiantes del mundo de hoy, que, como dice el Papa, son las periferias donde a muchos les cuesta ir, pero es allí donde debemos hacer sentir nuestra presencia y en tantos lugares donde estamos llamados a dar testimonio del Evangelio.
La unión de lo masculino y lo femenino es siempre la mejor opción. He vivido la unión en la USG y en la UISG, luego la separación, luego la unión parcial, ahora hacemos un poco juntos y un poco separados. Creo que sólo ganamos. Lo femenino hace muchas aportaciones a la vida masculina, igual que lo masculino también contribuye a lo femenino.
Esta experiencia particular que hemos tenido ha sido muy rica y muy apreciada. Creo que todavía tenemos que dar algunos pasos, pero creo que el trabajo en colaboración es la mejor manera de avanzar.
Espero que aún podamos dar pasos hacia una mayor apertura, una mayor colaboración entre nosotros como religiosos y religiosas. Porque creo que es caminando juntos como daremos el mayor testimonio de la vida consagrada a la que estamos llamados.
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