20/12/2024
Noticias
Adviento y Migrantes: 4ª semana
"Adviento y Migrantes" quiere ser un espacio de reflexión sobre temas de gran relevancia social y humana, con una atención particular a la condición de los migrantes.
Se trata de una iniciativa de la Red Internacional de Migrantes y Refugiados de la UISG, que nos acompaña durante este tiempo de Adviento.
Cada semana exploraremos un aspecto diferente de su experiencia de vida a la luz del Evangelio, que nos guía en nuestro camino hacia la Navidad, con el objetivo de sensibilizar y renovar nuestro compromiso hacia aquellos que se ven obligados a dejar su tierra natal.
Durante la cuarta semana, el comentario sobre el Evangelio de Lucas (1, 39-45) está a cargo de la Hna. Lisa Buscher, RSCJ.
La prisa de la esperanza: el viaje de los refugiados
"En el Evangelio de Lucas de hoy, María se puso en camino de prisa...
Ponerse en camino “de prisa” es una experiencia familiar para aquellos que buscan refugio: ir a la familia y los amigos para encontrar consuelo y apoyo en medio de la incertidumbre y la confusión. Para quienes están en movimiento, "ponerse en camino de prisa" a menudo significa huir de la violencia, las amenazas y sufrimientos inimaginables que hacen imposible quedarse.
Durante el viaje de miles de kilómetros en autobús, tren y a pie, estos hombres, mujeres y niños a menudo se les acogen con más crueldad y con trámites que les impiden alcanzar el apoyo y la seguridad hacia los que se dirigían. Es un proceso deshumanizante y cruel que perpetúa la violencia y el sufrimiento del que huyen.
En momentos de incertidumbre y lucha, ir deprisa a nuestros seres queridos para que nos ayuden a afrontar las circunstancias de la vida es lo natural. Sin embargo, para las personas en movimiento, esa suerte no existe.
La semana pasada celebramos el Día Internacional del Migrante, el 18 de diciembre, con más de 120 millones de personas desplazadas forzosamente en todo el mundo. Hay 120 millones de Marías allá afuera apresurándose hacia lugares seguros y acogedores en este momento.
Que el Espíritu continúe sacudiendo y perturbando a cada uno de nosotros hasta que haya más Isabeles entre nosotros para recibir a nuestros hermanos y hermanas con compasión, encontrando con alegría y acogida a aquellos que se apresuran... porque solo entonces reconoceremos a Dios en medio de nosotros.