Entrevista con la Hna. Sabrina Pianta, Superiora General, Hermanas Obreras de la Santa Casa de Nazaret, durante la Reunión Conjunta IEU - USG (22-24 de noviembre de 2023).

Tuve la suerte de tener una hermana de nuestra congregación, en el sínodo, Sor Elysée Izerimana, una hermana burundesa, así que recibimos las noticias de primera mano.
Evidentemente, ella no pudo contarnos cosas durante el sínodo, sólo compartió algunas fotos, algunas impresiones.

Y en esta ocasión, en esta asamblea, tuvimos muchos testimonios.
Lo que percibí fue una gran experiencia del Espíritu Santo.

Más allá de los contenidos - incluso de los resúmenes que han salido - todavía habrá un camino sinodal en la Iglesia para llegar a 2024, pero lo que realmente me impresionó fue esta presencia del Espíritu Santo y entonces me dije, invocamos tantas veces al Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo está ahí, de lo que se trata es de darle espacio, de tener esta libertad para que pueda actuar y guiar nuestras vidas y guiar a la Iglesia y me parece que esta asamblea sinodal fue una experiencia fuerte y esto se aplica a toda la Iglesia.

"Profetas de esperanza": son palabras muy hermosas, pero encarnarlas no es fácil. Esta mañana, el Papa nos ha dado dos indicaciones sobre la profecía: saber mirar al futuro y así anticiparlo de alguna manera, e interpretar el presente. Creo que la dificultad hoy para la vida religiosa, pero también para todos los adultos, desde los políticos hasta nosotros, es saber interpretar este presente, es decir, interpretar qué realidad está emergiendo y hacia dónde nos quiere llevar el Señor.

Los signos de esperanza están ahí; pienso en los muchos jóvenes que se comprometen, pienso en tanto bien que hay en el mundo pero, la cuestión es que a veces esto está un poco sofocado y es como si lleváramos gafas negras que nos impiden ver los signos de esperanza. En mi opinión, una de las tareas que tenemos como vida religiosa es hacer aflorar estos brotes de esperanza para cultivarlos y hacerlos florecer. Pero lo primero es hacer que se vean porque están ahí, el bien está ahí. 
Pienso realmente en tantos jóvenes, en el voluntariado, en tantas vidas gastadas por el bien.

Es una nueva realidad que estemos trabajando juntos con los Padres Generales y las Madres Generales porque es la primera vez que hacemos esta asamblea conjunta. Es un signo muy hermoso, sobre todo es un símbolo de igual dignidad en la Iglesia; estuvo el Cardenal, muchos sacerdotes, muchos hermanos, pero aquí todos somos iguales y creo que es un signo importante para la Iglesia, para este camino -que también el Papa nos exhorta a emprender- donde la mujer y el hombre están juntos y por lo tanto el hombre no es la figura, el paradigma de la humanidad, sino que es el hombre y la mujer caminando juntos. Es un signo, un pequeño paso significativo.