Discurso de apertura de la Hna. Mary Barron, ola, Presidenta de la UISG, en la 2ª Asamblea General de Talitha Kum

Estimados miembros, distinguidos invitados y la incansable y valiente familia de Talitha Kum, como Presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), es para mí un profundo honor estar hoy ante ustedes reunidos en Asamblea para celebrar un hito de valentía, compasión y compromiso inquebrantable: el decimoquinto aniversario de Talitha Kum.

Al encontrarnos en esta ocasión, reflexionamos sobre un viaje que se ha visto iluminado por un compromiso firme y unos esfuerzos incansables para combatir la trata de personas y apoyar a sus supervivientes. Me gustaría que todos nos tomáramos un momento para recordar a las personas con las que nuestros caminos se han cruzado en el contexto de Talitha Kum, el contexto de la acción conjunta contra la trata de seres humanos. Tal vez se trate de un superviviente de la trata, o de alguien que sigue luchando contra el trauma de lo que ha sufrido, o tal vez sea alguien o un pequeño grupo de personas comprometidas que abogan por un cambio en la legislación; o tal vez pensemos en quienes ayudan a rescatar a personas que han sufrido o están sufriendo esta esclavitud moderna que es la trata de seres humanos; o tal vez sea alguien o un pequeño grupo que trabaja incansablemente para ayudar a los supervivientes a levantarse y ocupar su lugar en la sociedad con dignidad... o un pequeño grupo que trabaja de forma incansable para concienciar sobre la naturaleza insidiosa y oculta de la trata de personas... simplemente recordemos a alguien y llevémoslo en el corazón con gratitud.

Todos estos pequeños compromisos en todo el mundo se suman a una lucha sostenida contra la trata de personas, una lucha que de alguna manera encarna los principios de una teología de la liberación. La trata de personas, una grave violación de los derechos humanos, es una plaga que aflige a nuestro mundo, y que despoja a las personas de su dignidad, su libertad y sus derechos fundamentales. Es una forma moderna de esclavitud que exige una respuesta audaz y compasiva. En nuestros esfuerzos colectivos por combatir este crimen atroz, no nos limitamos a hacer activismo social; estamos dando vida a una teología de la liberación que defiende el valor intrínseco de todo ser humano. La teología de la liberación, profundamente arraigada en el pensamiento cristiano, nos llama a ser solidarios con los oprimidos y a trabajar incansablemente por su emancipación. Es una llamada a la acción, una llamada a transformar la sociedad liberando a quienes están encadenados por las cadenas de la explotación. 
Participando activamente en el movimiento mundial contra la trata de personas, respondemos a esta llamada divina.

El Papa Francisco, en sus mensajes y discursos, ha subrayado constantemente el imperativo moral de luchar contra la trata de personas. Nos insta a abrir los ojos al sufrimiento de las víctimas y a actuar con valentía y determinación para poner fin a su difícil situación. Sus palabras son un poderoso recordatorio de que nuestra fe no es pasiva, sino que exige un compromiso activo en la búsqueda de la justicia y la restauración de la dignidad humana. Al unir nuestras manos en esta noble causa, no sólo estamos respondiendo a un deber moral, sino también poniendo en práctica la esencia misma de la teología de la liberación.

Estamos participando en la sagrada tarea de crear un mundo en el que la libertad no sea un privilegio, sino un derecho de todos. Nuestras acciones contra la trata de seres humanos son expresiones concretas de nuestro compromiso con un mundo en el que cada individuo pueda vivir una vida marcada por el respeto, el honor y la libertad. Sigamos inspirándonos en la fuerza y la resiliencia de los supervivientes, y honremos su camino comprometiéndonos con la erradicación de la trata de personas. Juntos podemos marcar la diferencia y juntos podemos dar vida a la teología de la liberación.

Y es en esta unión donde Talitha Kum ha surgido como una fuerza para el Bien, una fuerza para la liberación. 

En el espíritu de nuestra misión compartida, hemos sido testigos del crecimiento extraordinario de esta red, que se ha convertido en una fuerza mundial contra la lacra de la trata de personas. Hace quince años, Talitha Kum surgió como un faro de esperanza, un ejemplo de lo que puede lograrse cuando convergen la compasión y la acción. Esta red, que se extiende por continentes y culturas, no sólo ha conseguido concienciar, sino que también ha fomentado una comunidad mundial dedicada a la protección de la dignidad humana. 

Durante quince años, Talitha Kum ha sido las manos y los pies de la esperanza, llegando a los más vulnerables, ofreciendo consuelo y encendiendo la llama de la libertad donde antes estaba la oscuridad de la desesperación.

Al mirar atrás, nos sentimos inspirados por la resiliencia de quienes han sido tocados por la oscuridad de la explotación y, sin embargo, han emergido con la luz de la esperanza. Honramos a los defensores, a los voluntarios, a los que nos apoyan y a todas las personas que han contribuido al tejido de esta extraordinaria red. El camino ha sido largo y las batallas muy duras, pero las victorias -cada vida recuperada, cada historia de supervivencia- son testimonio del poder de la fe en acción. Como UISG, hemos visto la encarnación de nuestros valores en el trabajo de Talitha Kum, y nos solidarizamos con cada esfuerzo por curar, empoderar y elevar. Hoy no nos limitamos a celebrar los años que han pasado; celebramos las vidas tocadas, las cadenas rotas y el futuro que estamos construyendo juntos.

Sigamos haciéndonos eco de la llamada de 'Naha Kum' - 'Muchacha, a ti te digo, ¡levántate!'- porque es una llamada a la acción, una llamada a la vida y una llamada a la promesa de un mundo sin esclavitud. 
Hoy, al comenzar esta Asamblea y celebrar este significativo aniversario, reavivemos nuestra determinación colectiva de continuar esta labor fundamental. Sigamos adelante con renovado vigor, sabiendo que cada paso que damos es un paso más hacia un mundo libre de esclavitud. Que todas las deliberaciones que tengan lugar durante este tiempo juntos en Asamblea, nos permitan identificar las prioridades clave que guiarán los compromisos en este ámbito en el futuro. Que los próximos quince años estén marcados por logros aún mayores, mientras nos esforzamos no sólo por liberar a los oprimidos, sino por desmantelar los propios sistemas que perpetúan la injusticia. Gracias por ser agentes de cambio, guardianes de la esperanza, y por creer en el poder de Talitha Kum –‘Muchacha, a ti te digo, ¡levántate!’ En un espíritu de Sinodalidad, juntos, nos levantamos.

En nombre de la UISG, quisiera expresar nuestras más sinceras felicitaciones a Talitha Kum. Que los próximos quince años sean aún más impactantes, mientras luchamos codo a codo por la justicia, la dignidad y el carácter sagrado de toda vida humana. Gracias, y que nuestros esfuerzos colectivos sean bendecidos. Les deseo mucho éxito para una Asamblea fructífera y llena de alegría.