Publicamos el comentario de la Hna. Ileane Tolosa al nuevo documento de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) : "Mujeres del Alba: Horizonte Inspirador 2022-2025"

Lea otros comentarios al documento "Mujeres del Alba":

Comentario de la Hna. Cristina Robaina

Comentario de la Hna. María Helena Morra

Comentario de la Hna. Mónica Benavides

“Velar la aurora de una Iglesia sinodal, asistiendo el despuntar de esta nueva hora de la salvación.” He aquí el objetivo que nos propone la CLAR a la Vida Religiosa de América Latina y el Caribe. Todo un Horizonte de esperanza, después de haber vivido un trienio recuperando la “alegría”, porque “ya es la hora, hagan lo que Él les diga”. Velar conmovidas/os por la alegría profunda que mana el Evangelio e inunda la cotidianidad y pone en sintonía con Dios. 

Es ésta la alegría que convence aún en el dolor a mujeres buscadoras, las mujeres del Alba. Alegría que las sitúa, sin pensarlo, al frente de la Gloria de Dios, porque  "La gloria de Dios es que la mujer y el hombre viva": la mujer y el hombre por excelencia están vivo, es decir, entramos en la HORA de Dios. De allí que, los pasos y la mirada se adelantan aún en la oscuridad de la historia. Cuando Dios guía la vida está preparada para el salto de calidad que lleva a mirar y actuar distinto y mejor.

Este Horizonte Inspirador precisa ser acogido y asumido por su entrañable fuerza esperanzadora. Resulta lámpara que ayuda a distinguir y nombrar lo que hay en la realidad actual, global y eclesial. Distinguir y sin excluir, de manera que evitemos la anticultura del descarte como afirma el Papa Francisco. Ante nuestros ojos y en nuestras manos este Horizonte Inspirador busca sintonizar y sincronizar la dinámica sinodal que de por sí palpita en la Vida Religiosa. 

Es un documento que no niega la realidad y tampoco duda de la acción de Dios en la historia. Por eso no se estanca, más bien fluye sorteando lo duro de la injusticia y lo grande de la solidaridad, se crece acunando a la vez el dolor de las víctimas con la necesaria restauración de victimarios deshumanizados. Gracia posible si se le permite al Espíritu mover, empujar o arrastrar, según sea el caso, hacia la Voluntad de Dios. 

Innegablemente, el personaje principal en este Horizonte Inspirador es la Ruah Divina que moviendo a las Mujeres del Alba, insiste en mostrar el modo de Dios: desde adentro y desde abajo. El modo es contrario a tener poder, ser superior y ególatra.  Las Mujeres del Alba son las cómplices de la Ruah Divina para manifestarse desde “el trabajo en cooperación, sentí-pensar, generar empatía y habilidades comunicativas, tejer redes…” Sólo el Espíritu permite movimientos que la lógica humana no se plantea. Así es nuestro Buen Dios.

El texto mantiene el esquema del Horizonte Inspirador anterior. A saber, Ver-Escuchar (análisis del contexto); Juzgar-Discernir-Sentipensar (Marco Bíblico); Actuar-Dejar fluir (Proyección).  Sólo que en esta oportunidad y a manera de “empuje del Espíritu”, se proponen ocho movimientos observables y quizá hasta evaluables, cuales respuestas de concreción testimonial. Son ocho movimientos que abarcan integralmente la vida de la persona consagrada aquí y ahora. Ocho movimientos que apuntan a la humanización de quienes tienen como objetivo único y totalizante vivir el seguimiento de Jesús en comunidad.

Dar un paso más y proponer la necesaria toma de conciencia de la acción del Espíritu sobre nosotras/os. Movimientos que implican dejarnos mover. Creer que es el aliento divino el que nos empuja o arrastra o mueve a patentizar con nuestro testimonio que ya es la Hora de caminar juntas/os, mirarnos juntas/os, escucharnos juntas/os, hacernos visibles mutuamente en sinodalidad. Asumir que es nuestra dimensión constitutiva como Iglesia Pueblo de Dios y seguidora de Jesús, de esta manera ayudar a creer y crecer en la fe a hermanas/os que Dios regala en la vida. Desde esta realidad constitutiva, toca moverse a propiciar la participación real de todos como Iglesia Pueblo de Dios: nadie es más que nadie, nadie es menos que nadie. Sólo así se construirá comunión, inclusión, porque no habrá más invisibles ni excluídas/os.

Es llamada insistente a recuperar la savia profética y sapiencial de una Vida Religiosa necesitada de conversión que, caminando junto con laicas/el os y clero, acompañen y se dejen acompañar como Pueblo de Dios. Despuntará el Alba y gozarse en ella sabrá a novedad, porque no será un par de ojos sino la coincidente conjunción de miradas que otean según el palpitar del Dios Vivo en la historia. Juntas/os acogiendo los destellos de luz que disipan diferencias y contrariedades y más bien, permite ejercitar “el diálogo, la mutua colaboración y el conocimiento recíproco”, como afirma el Papa Francisco.  Asistimos a la “hora” del reencuentro porque nuestra naturaleza es sinodal: Dios Comunión crea en relación sinodal a seres humanos capaces de construir soro/fraternidad en sinodalidad.

Sí, asistimos a ese despunte de Dios porque alienta y atrae nuestra fe y nuestra esperanza. Ya viene gritando la Vida porque el Amor vislumbra a sus hijas/os muy amados superando la noche, resistiendo los embates de corrientes, propuestas y sistemas inhumanos. Se siente y cree Dios respirando la Ruah Divina en tanta vida desgarrada pero asistida y protegida por la solidaridad infranqueable. ¡Escucha al Dios de Jesús que clama en las/os crucificados y danza resucitadamente porque superan cualquier enfoque de minoridad los que no se cansan de hacer el Bien.

Finalmente, un gracias sencillo y profundo al Equipo que ha elaborado esta propuesta, bien movida, que busca inspirar y animar nuestro caminar juntas/os para seguir desvelando el rostro sinodal del Buen Dios en medio de nuestros pueblos. Siguiendo su metodología muy probablemente nos encontremos velando el mismo despunte y soñando el “nuevo día en Dios”. Que Él nos siga bendiciendo.

Religiosa del Ángel de la Guarda, Nacida en Caracas -Venezuela. Licenciada en Teología y Coordinadora del Equipo de Reflexión Teológica de la Conferencia de Religiosos de Venezuela (CONVER).