13/09/2022
Noticias
Mujeres del Alba: Hna. Maria Helena Morra
Icono Mujeres del Alba
El horizonte inspirador de la CLAR con el tema “Mujeres del Alba, la audaz esperanza al despuntar la aurora” nos invita a repensar lo nuevo que podemos generar, también en una estructura definida y consolidada como es la identidad de Vida Consagrada. Hoy.
A la luz del texto de Marcos (Mc 16,2): “Y muy temprano, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, ya salido el sol”, entendemos que la experiencia de atravesar la noche oscura como las Mujeres del Alba nos invita a ser audaces, a permanecer en las situaciones más radicales, en las que la esperanza se aferra a la promesa, en las que romper la noche en estado de misión, en las que abrir grietas para que el Espíritu pueda entrar y fecundarlo todo. Con ello, los consagrados y consagradas del continente están llamados a asumir y crecer en el arte de la escucha, de la mirada contemplativa de la realidad, del discernimiento, de la itinerancia existencial y geográfica y de la salida misionera por medio de la intercongregacionalidad y la interculturalidad, siendo Vida Consagrada en salida, abiertos a las nuevas generaciones, fortaleciendo la comunión con los laicos que caminan con nosotros.
El icono Mujeres del Alba nos permite adoptar una mirada nueva que nos fecunda para una relectura de la presencia de lo femenino en la historia de la salvación. Nos interpela a tejer redes para construir un nuevo espacio en la sociedad, en la Iglesia y en la Vida Consagrada, para madurar en una relación de reciprocidad con nuestros hermanos y hermanas que caminan con nosotros.
Urge cada vez más dar visibilidad a la experiencia del rostro del resucitado, que se testimonia en la fraternidad de la Vida Consagrada femenina y masculina. Mujeres del Alba nos introduce en esta dinámica de seguimiento.
Repensar lo femenino en las encrucijadas de la vida, –entre líneas las tejedoras ahora comprenden la fuerza de su tejido, la belleza de su bordado con variedad de líneas y colores–, nos fortalece en el diseño final de este tejido.
Aprendemos que es importante recuperar el hilo perdido, tejer desde las ranuras que nos impone lo impredecible. En el telar de la vida tenemos que testimoniar, como las Mujeres del Alba, que somos perseverantes en nuestro compromiso de seguir a Jesucristo.
“Las mujeres del Alba” nos introduce en la fuerza de la novedad y de la creatividad.
El icono que la CLAR propone como horizonte de la Vida Consagrada es iluminador, de una profunda riqueza y fecundidad que nos introduce en la dinámica de la fuerza que el Espíritu del Resucitado nos rehabilita para vislumbrar la aurora de un nuevo amanecer. Siempre estamos perpetuando lo nuevo que somos capaces de dinamizar con nuestra vida. Dios nos confirma en esta dinámica de sinodalidad, en este caminar juntos como explica el Papa Francisco.
Ver y escuchar el contexto en que vivimos, como la experiencia postpandemia del Covid 19 que nos llevó a reconocer nuestra fragilidad y vulnerabilidad. El tenue hilo de la guerra en Ucrania y tantos desafíos que nos impone el mundo; por ejemplo, el tema de la inmigración, la trata de personas y el feminicidio, entre otros, nos hacen repensar nuestra responsabilidad frente a la realidad en la que estamos insertas e insertos. Vislumbrar un nuevo lugar para la Vida Consagrada en el mundo de hoy.
Tenemos que dejarnos afectar sinodalmente por esta realidad que tanto nos desafía: seguir la luz de las Mujeres de Alba y encontrar caminos que abren a nuevas posibilidades.
La Vida Consagrada ha sido agraciada por el Don de la CLAR para las Congregaciones, para las consagradas/os. La luz del icono propuesto que nos ha hecho entender que nuestra misión no tiene límite es un rasgo que nos abre a otras muchas perspectivas posibles para repensar el rostro de la Vida Consagrada en un mundo que clama la vida y la vida en abundancia. “Las mujeres del Alba” nos introduce en la fuerza de la novedad y de la creatividad. Somos capaces de comprometernos con la fecundidad de nuestra presencia allí donde estamos inseridas/os con la fortaleza de nuestros carismas.
Que como “Ellas... al despertar el Alba”, seamos memoria de amor de un Amor que es la señal del sentido más profundo del amor primero, que nos fecunde y nos llamó a nuestra consagración. Somos responsables del legado de nuestros fundadores/as que respondieron al clamor de su tiempo.
Hna. Maria Helena Morra, ISCM
Miembro del Instituto del Sagrado Corazón de María. Miembro del equipo interdisciplinar de la CRB Nacional – Profesor de Teología - Doctora en Educación. Postdoctorado en el área de Enseñanza. Asesora de la Vida Religiosa en el proceso de restauración. Miembro del equipo de Teológico Asesor de la Presidencia - ETAP
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Rosa de Lima Pereira, RSCM
Bela e inspiradora reflexáo! Vale á pena a nossa busca de ENCARNAÇÁO desta Beleza!