Testimonio de la Hna. Anne Carbon de Filipinas, publicado en la declaración Hermanas por el medioambiente: Integrando Voces desde los Márgenes.

Al trabajar con los indígenas Subaanen del sur de Filipinas, me encontré con una cultura pura, sostenible y profundamente conectada con la naturaleza.

Los Subaanen utilizan fertilizantes naturales y plantan sus cultivos una vez al año, pues creen que sus tierras necesitan descansar. Pero cuando llegaron los colonos, la mayoría de los Subaanen vendieron sus tierras. Ahora, los colonos utilizan productos químicos y siembran sus cultivos dos o tres veces al año. Los gobiernos han deforestado la zona y la tala ilegal ha acabado con su biodiversidad. En la temporada de lluvias, la erosión del suelo destruye las plantaciones, provocando escasez de cultivos, hambre y muertes infantiles.

Desde los años 90, las Hermanas han hecho incidencia para y con los Subaanen contra la minería. Trabajando en un centro de salud local como enfermera, vacuné a los niños de decenas de aldeas, hablando con la gente sobre su conexión con la tierra y la intrusión de las empresas mineras extranjeras. Cuando esas empresas vinieron a visitarnos con representantes del gobierno, ya habíamos reunido miles de firmas para detenerlas.

Se prometieron carreteras, escuelas y electricidad. Pero la gente había visto las consecuencias reales de la minería, había visitado zonas en las que la tierra había sido despojada, el agua estaba contaminada, los ríos se habían secado y las comunidades habían sufrido envenenamiento por cianuro.

Por supuesto, las empresas mineras cambiaron de nombres y sobornaron a la gente para que hiciera campaña a su favor. Pero seguimos unidas: durante 15 años protestamos, hicimos piquetes, presionamos, enviamos cartas, firmamos peticiones, hicimos huelgas de hambre e incluso viajamos a la sede del Grupo Río Tinto, en Londres.

Cuando una mujer fue nombrada directora del Departamento de Medioambiente y Recursos Naturales, comprobó que la ley no protegía a los indígenas ni al medioambiente. Puso en marcha nuevas normas, y las solicitudes de explotación minera se detuvieron. Pero hace poco murió y el Presidente ha levantado la moratoria a la minería, lo que supone una preocupación y un reto.

Según mi experiencia, la educación y la creación de redes son vitales para el éxito de la incidencia. Atendiendo al llamamiento del Papa para responder al clamor de la Tierra y al clamor de los pobres, debemos unirnos para hacer incidencia por el futuro de nuestro único planeta.

Descargar la declaración Hermanas por el medioambiente: Integrar las voces de los márgenes