Testimonio de las Hermanas de la Misericordia de las Américas, publicado en la declaración Hermanas por el medioambiente: Integrando Voces desde los Márgenes.

Actualmente estamos haciendo incidencia en la Ley FOREST, un proyecto de ley presentado en el Congreso de Estados Unidos que prohibiría la importación de productos procedentes de la deforestación ilegal. Más de 60 grupos religiosos - la mayoría de ellos congregaciones de religiosas católicas- han firmado una carta en la que expresan su convicción de que tenemos el imperativo moral de proteger los bosques y apoyar a los pueblos indígenas que luchan por proteger sus tierras.

Hacemos incidencia por la reforma de una ley minera de 1872, para que abarque la cuestión de la extracción de los minerales necesarios para una transición energética limpia. La consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 14, Vida submarina, y 15, Vida de ecosistemas terrestres, requerirá que se preste atención a los daños del extractivismo, sobre todo teniendo en cuenta la amenaza de la expansión de las operaciones mineras para satisfacer las necesidades de minerales fundamentales para esta transición, por ejemplo para vehículos eléctricos, paneles solares, almacenamiento de baterías, etc.

Un miembro del Equipo de Justicia de las Hermanas de la Misericordia preside una coalición interreligiosa que pretende abordar los daños de las industrias extractivas a los ecosistemas terrestres, en Estados Unidos y en todo el mundo. En coalición con socios laicos, pedimos la limpieza obligatoria de las explotaciones mineras abandonadas, una consulta significativa con las comunidades indígenas y otras afectadas por los proyectos mineros propuestos, y que se conceda a los organismos federales la autoridad para rechazar las propuestas mineras en tierras sensibles desde el punto de vista medioambiental o cultural. También pedimos que se apoye una economía circular, en la que los minerales y materiales se reutilicen y reciclen para minimizar la necesidad de nuevas extracciones.

Nuestro Equipo de Justicia está participando en una campaña para presionar al Congreso a fin de que asigne más fondos para apoyar a los países de bajos ingresos en la mitigación y adaptación al cambio climático. Los gobiernos deben elaborar planes claros para minimizar la degradación de los ecosistemas terrestres y la proliferación de "zonas de sacrificio" en las que se permite que la minería prospere a expensas de las comunidades vulnerables. Las propuestas de expansión de la minería bajo los océanos y los mares también deben considerarse cuidadosamente para mitigar el daño potencial a los ecosistemas submarinos sensibles, permitiendo la prohibición total cuando la mitigación no sea posible.

Descargar la declaración Hermanas por el medioambiente: Integrar las voces de los márgenes