Mensaje de la Hna. Graciela Francovig, fi, Vicepresidente UISG en la 2º Asamblea general de Talita Kum
 

Muy queridas hermanas y personas que participan de este encuentro:

Qué bueno poder celebrar los 15 años de Talita Kum en un tiempo en el que la Iglesia hace un proceso sinodal – queremos caminar juntos – y en el que nos preparamos para el Jubileo Peregrinos de la esperanza.  

Es una alegría para mi poder ofrecer un saludo, un pequeño mensaje que sea de gratitud por la labor realizada, de aliento en el trabajo y de felicitación en la 2da. Asamblea general de Talita Kum, en nombre de la UISG. 

Es una coincidencia providencial que esta asamblea se haya iniciado el día de Pentecostés. Es el Espíritu santo quien nos fortalece, nos une y envía a la misión. Nos empuja para ir ahí donde la vida está más amenazada. 

Gracias por no temer, por exponer la propia vida para salvar muchas, para que otros y otras puedan recuperarla, para soltar los yugos de la esclavitud de tantas personas de todas las razas y culturas que, buscando una vida mejor, muchas veces caen en las cadenas del tráfico de personas. 

Me vienen al corazón tantas mujeres, hoy ustedes están reflexionando sobre el empoderamiento de las mujeres y sobrevivientes. La mujer ultrajada en su dignidad más profunda, su cuerpo que está llamado a dar vida, se ve sometido a la prostitución. Mujeres que mueren que muchas veces mueren por este trato inhumano, mujeres que pierden sus hijos o ven a estos también maltratados. Hagamos memoria de todas ellas. Sus vidas claman porque nosotros podamos hacer algo más cada día, para que ninguna mujer más pierda su vida y sea ultrajada en manos personas con intereses mezquinos y de comercio. 

Frente a tanta crueldad humana, nosotras en esta asamblea nos encontramos con la bondad de Dios en tantas personas de bien, en ustedes, que luchan porque estas cadenas puedan ser desatadas y estos tráficos puedan ser descubiertos. 

Cuanta bondad de Dios celebramos en esta Asamblea: a tantas personas como haya llegado una acción pequeña de ayuda. Destacamos el trabajo en red intercongregacional. El carácter de la red marca un estilo de trabajo. Nadie puede actuar por sí sólo. Siempre el todo es más que la parte. Somos valientes en la comunión. Y deseamos seguir apostando como VR por ese trabajo en RED donde las congregaciones de todo el mundo nos comprometernos a aportar nuestro don y unirlo a tantos otros. 

Hay muchas maneras de apoyar la red, desde la formación, los aspectos legales, los aspectos formales, el trabajo con los jóvenes. El espíritu del bien nos lleva a buscar y encontrar caminos creativos. 

Ya al final quisiera detenerme en el título que convoca esta asamblea: Compasión en acción para la transformación. 

Compasión: la compasión nos viene de Dios. Es El quien mueve nuestros corazones ante el sufrimiento humano y pone en nosotros deseos de bien, deseos de ayuda, deseos de unirnos, deseos de buscar caminos para crear esperanza. Y esta compasión no se queda sólo en buenos sentimientos. Cuando esta es de Dios, la compasión nos pone en movimiento y nos lleva a la acción. Hoy recogemos las grandes acciones de estos 15 años, y las pequeñas también. Esas acciones hoy son leídas y entendidas por muchas de nosotras como gestos proféticos. Hay un bien silencioso que salva personas. Hay acciones que rescatan personas y promueven vidas. La compasión siempre ha sido en acción y hoy queremos seguir escuchando juntas para ver qué acciones son las que debemos promover más y mejor en el futuro inmediato y en la complejidad de nuestro mundo.  

Deseamos una transformación. La primera es la que el Espíritu obra en los corazones de las personas- La primera transformación se da en los agentes de Talita Kum, en las personas que hoy estamos aquí, en aquellos que se unirán a nosotras. Y la gran transformación es buscar la comunión, la unión, el encuentro, el rescate, la vida nueva. Apostamos por mirar, buscar, escuchar los susurros y los gritos de aquellos cuyas vidas están más amenazadas y tocan vidas para salir a su encuentro. 

Que no seamos sordos a estos gritos y susurros sino prestos y diligentes corramos al encuentro del Señor. 

María, la llena del Espíritu Santo sea nuestra madre y compañera de camino: nos enseñe a ser mujeres como ella y salir al encuentro de las mujeres, como lo hizo ella con su prima cuando la vio necesitada. Como lo hizo con su Hijo cuando tuvo que indicarle el momento de iniciar su anuncio de la Buena noticia del Padre. No están solos en el camino. Caminamos con ustedes. 

Gracias y mucho ánimo para proseguir el camino.