Entrevista a Ernesto Sánchez Barba, Superior General de la Congregación de los, Hermanos Maristas, durante la reunión conjunta UISG-USG (22-24 de noviembre de 2023).

Claro, la primera gran impresión es que la dinámica que se ha llevado a cabo en este Sínodo, con mesas redondas, con más escucha, y prácticamente todos sintiéndonos hermanos, no importando el papel o el rol que tenemos, eso ha sido muy positivo. Para mí una gran experiencia de buen aprendizaje, digamos. También lo que el Papa nos decía, estuviéramos atentos a escucharnos, pero a escuchar al Espíritu.

The dynamic of silence, of listening, really helped us to discover what the Spirit is saying to us for our days in the various topics we talked about. A fragile Church, a Church that needs to connect better with the world, and for me that was the great richness. New doors have been opened in the Church for dialogue between the Pope, the cardinals, the bishops, the religious men and women, the laity, and this is a great novelty. At least I can express it as a beautiful experience and a privilege. To be a prophet of hope is a challenge.

The Synod itself has said that religious life has been prophetic, practically since its birth, and we are invited to continue to be prophetic. The Pope reminded us by saying, let us try to read better what is happening in the world and how we can respond better as religious men and women.

Esta asamblea ha sido muy rica: nos hemos escuchado, hemos visto como la gran variedad de carismas que tenemos del Espíritu, pues cada uno, cada congregación tiene su propio carisma, pero la riqueza es complementaria, tanto también de hombres y mujeres, religiosos y religiosas.

Creo que esta asamblea, que es la primera de manera presencial, ya hace dos o tres años hubo una online, pero esta ha sido muy rica porque, bueno, nos hemos sentido que estamos viviendo la vida consagrada en un mundo no fácil y que tenemos que también estar muy atentos a que el cambio que nos llama al Espíritu, si no intentamos hacerlo, primero, personalmente, desde una conversión, y segundo, descubriendo qué es aquello que nos frena, será difícil ir adelante. Y, desde luego, como religiosos y religiosas, conectar mucho mejor con los obispos, los sacerdotes, los laicos. Esa es la forma como yo creo que, de manera sinodal, podemos ir adelante. Yo creo que es importante unir más las fuerzas. Tenemos algunos proyectos como el de South Sudan, por ejemplo, que también lo hacemos juntos, ya tiene varios años.

Creo que tenemos que abrir más nuestra puerta de nuestra congregación personal para realmente sentirnos más fuertes juntos y sobre todo en un momento de fragilidad. Sabemos que los números de vocaciones no son tan grandes en estos últimos años y, sin embargo, juntándonos podemos ser más fuertes, y, sobre todo, testigos de esa profecía a la que se nos está invitando.

Hoy por hoy existen las dos Uniones aquí en Roma, pero sabemos que ya en tantos países es una sola que trabaja conjuntamente. Creo que aquí, de una manera u otra, la estructura quizás se modificará, pero más y más tendremos que trabajar unidos, porque creo que es la llamada sinodal de este momento.