"La tragedia de Cutro nos recuerda que la situación de los inmigrantes y de los refugiados es responsabilidad de todos."

Quisiera expresar, en nombre de la Unión Internacional de las Superioras Generales, mi profundo dolor por lo que está sucediendo estos últimos días en Italia, después del naufragio de inmigrantes ocurrido en Cutro (Crotone) el pasado 26 de febrero. Cada día estamos presenciando imágenes terribles que causan en nosotros gran dolor, así como emociones contradictorias. La irritación al ver el aumento inexorable del número de víctimas, la conmoción y la indignación por la muerte de hombres, mujeres y niños inocentes es grande; al tiempo, que la generosidad de los socorristas y el testimonio de las personas de la localidad edifica y anima a permanecer siempre al lado del otro. Junto a la polémica por lo que podría haber sucedido de otro modo, nos preguntamos sobre el valor de la existencia, de la acogida y de la solidaridad, mientras el Papa Francisco continúa llamándonos a todos a la fraternidad como valor fundacional de la verdadera humanidad. Mientras nos bombardean con opiniones, prosigue el salvamento marítimo de embarcaciones en peligro con ciento de hombres y mujeres que buscan alcanzar las costas de Italia, donde los centros de primera acogida, abarrotados, son incapaces de dar respuestas adecuadas a un fenómeno migratorio sin precedentes. Los datos, que se nos han proporcionado, informan que entre enero y febrero las llegadas se han duplicado, y para frenar el creciente flujo, las políticas siguen encontrando estrategias diversas entre las polémicas y la búsqueda de responsabilidad.

Ante este panorama social, la Unión Internacional de las Superioras Generales quiere expresar su pesar por lo que está sucediendo, consciente de que estamos hablando de personas, de rostros, de historias… de nuestros Hermanos y Hermanas, que en busca de un mañana se entregan al mar confiando en un futuro mejor. 

La muerte en las aguas del Mediterráneo nos produce un intenso dolor. Las víctimas que han perdido su vida en el mar, y junto con ellas han visto sus derechos humanos negados y su esperanza destruida, no pueden dejarnos simplemente atónitos. En otras ocasiones ya hemos hablado mucho. Ahora es el momento, el tiempo. Su grito no puede dejarnos por más tiempo indiferentes. Queremos hacer oír su desesperación y ser la voz de su dolor y de su dignidad herida, mortificada y negada.

No podemos seguir tolerando los dramas humanitarios de esta magnitud. Las leyes políticas y económicas que olvidan los derechos humanos, que condenan a los pueblos a la miseria no pueden tolerarse por más tiempo. Esta tragedia nos recuerda que la situación de los inmigrantes y de los refugiados es responsabilidad de todos. Pidamos a las instituciones gubernamentales y europeas “escoger la vida” (cfr. Dt 30,19) mostrando vías responsables y humanas de apoyo y ayuda, abriendo corredores humanitarios en mutuo acuerdo, promoviendo la equidad como principio de justicia social, base de la paz y de la amistad entre los pueblos.

No podemos olvidar que la historia sagrada es intrínsicamente una historia de éxodos y acogidas.
Mientras pedimos al Señor un corazón compasivo, capaz de una auténtica piedad y arrepentido de todo lo que ha vuelto a suceder una vez más y es responsabilidad humana, le suplicamos nos conceda la fuerza para comprender el modo de intervenir, para no acostumbrarnos a estas imágenes, para permanecer al lado de los débiles y para reconocer el valor del otro. La vida es preciosa, es don de Dios, la Sangre de Cristo siempre vale la pena. A nosotros, se nos pide el compromiso y la custodia de un bien preciado para todos.

Hna. Nadia Coppa, ASC - Presidenta UISG

Roma, 11 marzo 2023

Leer el texto de la Hna. Carmen Bandeo, SSpS - Coordenadora de la Red Internacional de Migrantes y Refugiados de la UISG