04/11/2024

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Experiencia de misión en Lampedusa

Experiencia de misión en Lampedusa

 

 

Lampedusa, es una isla que no te aísla, con una ubicación estratégica desde todo punto de vista; su gente se caracteriza por ser acogedora, ellos son de mente y corazón de frontera. La parroquia siempre con el pueblo y en la periferia de la humanidad, que por diversos motivos llega a la isla, no porque si su patrona es Nuestra Señora de Puerto Salvo. La experiencia de misión en Lampedusa la puedo definir como fuerte y de salvación.

 

Al testimonio lo expresaré a modo de síntesis en los siguientes puntos: 

 

La comunidad como misión 

 

He formado parte de una comunidad de diversos carismas y culturas con una misión en común: los inmigrantes. Visitas a las familias y especialmente a los enfermos, la santa misa cotidiana, el rosario y la adoración eucarística, en algunos casos llevando a Jesús Eucaristía; todo esto con y desde la parroquia.  
Nuestra vida comunitaria es simple y evangélica, todo es anuncio; uno de los mayores desafíos fue tomar decisiones sinodales en fraternidad discerniendo y acordando por aquello que más respondía a la misión; superando, armonizando y acordando la propia decisión con las demás. Cada día me sorprendió más como la diversidad entre nosotras podía crear tanta comunión en la confrontación que nos permitía conocernos pensamientos, sentimientos y espiritualidad. Laudes, era la única oración como norma a rezar en común, las demás oraciones y la personal eran libres por eso encontrarnos en nuestra pequeña capilla hacía vivir ese momento gratuito a Dios como gracia y de comunión entre nosotras, esa gratuidad del tiempo con Jesús y las propuestas de retiro, peregrinaciones, historias de santos… servían de motivación entre nosotras para fortalecernos espiritualmente. 

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El poder de una sonrisa 

 

Cuando nuestros hermanos inmigrantes son cercanos a desembarcar, lo que se ve en sus rostros es indescriptible: alegría, tristeza, angustia, desolación, esperanza, agradecimiento, miedo, desconcierto… en esos momentos lo único que tenemos para ofrecer es una sonrisa que quiere expresar: Qué alegría llegaste con vida, tú eres importante, somos tu familia y te aceptamos como venís. Este simple gesto crea confianza y fraternidad, nos hace más humanos ante la existencia del otro… hoy lo pienso y me surge dar respuesta a la pregunta: ¿Dónde está tu hermano? 
Por un momento las fronteras desaparecen ante un encuentro de amabilidad y hospitalidad como el que le hicieron a José y María en Belén y en Egipto o a Jesús en Samaria, Betania… 
Esa sonrisa que es correspondida por otra desde el muelle hacia la barca, cuando pisan tierra firme crea fraternidad, superación de idiomas, cercanía y por esos pocos minutos que compartimos la torre de Babel es derrumbada y nos convertimos en un samaritano más en el largo camino que recorren en busca de paz, seguridad, trabajo…

La paradoja 

 

Cuando llegan, lo hacen desprovistos de todo y en algunos casos hasta de ropa, pero todavía esto no es lo mas cruel en muchos de los casos les quitaron hasta la dignidad e incluso hasta el deseo de vivir y continuar luchando, como el caso de quien, cansado de la lucha, vencido se arrojó al mar. 
Decidir embarcarse para atravesar el Mediterráneo es arriesgarse a perder la vida por naufragio, por darla para que otros arriben seguros, he visto casos de personas que ante el fin de la gasolina y la barca hundiéndose decidieron nadar ellos mismos a la par de la barca para que todos lleguen a puerto seguro y desembarcados los escuchamos dar gracias a Dios porque no se perdió ninguno. 
Los desembarcos que son después de cinco o más días en el mar se puede ver hasta que punto la humanidad es capaz de resistir física, moral, psíquica y espiritualmente, solo para comprender esta situación podemos pensar como hacen para estar cinco días sentados en una barca sin poder moverse del lugar donde son ubicados y ni pensar de poder ir al baño, esta es la causa porque llegan deshidratados y con problemas renales, en pocas palabras no beben agua porque no podrán orinar, en caso extremo se orinaran encima. Las mujeres son las que mas sufren especialmente si en largo camino las embarazaron ejerciendo violencia sobre ellas y deben parir en el desierto o en el mar, el amor con el que protegen sus hijos de días o semanas es de admiración, tristemente conocí el caso de una joven que lo perdió en el mar en el traspaso de barca, fue un caso en el cual solo las Hermanas podían consolar y no solo eso la continúan acompañando y cuidando.

 

En uno de los desembarcos llegaron tantos y entre ellos un grupo de jóvenes de los cuales uno con apenas 28 años de Siria, llego sin vida por causa de su ubicación cercana al tanque de gasolina, es el  lugar de quienes pagan menos, me dio tanto dolor al ver que había perdido todo incluso la vida, en este momento de bronca con nuestra humanidad que en algunos casos los obliga a someterse a este punto, comienzo a ver como todos los que nos encontramos en el muelle queríamos darle a este joven lo que en vida le falto, toda la dignidad desde el respeto con el que trataron su cuerpo como colocarlo en un féretro, el silencio y la oración de un joven musulmán y la mía mientras lo trasladaron para continuar con los pasos legales. El inmigrante no cuenta para nadie, pasa a ser un clandestino y desde que entra mar adentro en el Mediterráneo no le pertenece a nadie… por esto que su cuerpo muerto tome un valor nos hace humanos y decir no todo está perdido. Junto con el viajaban otros jóvenes cuatro fueron trasladados en ambulancia, había uno que sentado en el muelle estaba en estado de shock ante la situación, las palabras sobraban solo estreche mis manos con las suyas y lo mire a los ojos expresándole lo que él me respondió con un gesto llevando su mano derecha al corazón, tiempo después me explicaron que lo que me decía era: gracias de corazón por estar aquí.

 

Sin entrar en temas más complejos como políticos y sociales, lo que se hace en el muelle es atender a la persona existencial que se encuentra en esa circunstancia particular de vulnerabilidad que te hace salir del egoísmo y prestar ayuda aun cuando pensándolo y con justa razón no lo debería hacer porque compete a otros, pero como decía un comandante de las Fuerzas, hasta el más duro aquí se conmueve, lo mueve a reaccionar y socorrer. 

 

Salir para encontrarse

 

Salir de si misma, no es fácil es como la pregunta de Nicodemo: ¿Puede un hombre nacer de nuevo? A esto la pregunta es: ¿Puedo salir de mí mismo? ¿Será que esa salida es un volver al origen más profundo del para que fue llamada?  
En el muelle uno se encuentra con diferentes ONG a las cuales pertenecen de diverso credo como ser evangélicos, metodistas, católicos y otros; pero nuestro credo no es lo mas importante, sino salvar al ser humano en estado de vulnerabilidad. Uno que me conmovió muchísimo fueron los que en barca se introducen en el Mar para rescatar y en esa oportunidad había familias… yo soy consagrada cuando ingrese siempre quise ayudar a los demás y siempre estaba en mi interior la palabra salvar y la pregunta ¿De qué? ¿De quién? ¿A quién? (en concreto) y ese día cuando los niños de esta familia les agradecían comprendí hasta qué punto se puede llegar a salvar y en que consiste dar hoy la vida por los otros como lo hizo Jesús, porque ellos arriesgan su propia vida para salvar la de los otros. También sucede algo peculiar entre los que cooperamos en esa red de humanización en esos pocos minutos que nos vemos solo nos nace agradecernos unos a otros por lo que hacemos, creo que esto nos retroalimentamos en fe y esperanza con ese gesto gratuito y de caridad que nace sincero y de corazón.  
Arriesgar la vida, para que otros vivan es una locura; que nos hace humanos, cristianos y consagrados para la humanidad. Por eso hoy la pregunta es: ¿A quién estoy salvando? Esta respuesta mide la periferia en la que me encuentro. 
Salir de una misma en el propio ambiente implica arriesgarse para salvar… en fin dar la vida. Es una locura para los griegos y escándalo para los judíos, pero para nosotros es salvación del hermano y de nosotros; esta es una misión de anuncio al mundo diciendo podemos vivir entre hermanos, la diversidad nos enriquece, crea comunión y recordar lo que nos dijo Jesús: “Sean uno para que el mundo crea” Gracias Jesús, porque en Lampedusa como a nuestros hermanos inmigrantes nos invitas a salvarnos y en cierto sentido ellos también nos salvan.

 

Agradecimientos 

 

A Dios que siempre sale al encuentro y salva, a la iglesia por su presencia caritativa creando comunión en la diversidad, a la parroquia por ser cercana y de frontera, al pueblo de Lampedusa por su generosidad y universalidad, a la UISG por dejarse guiar por el Espíritu y responder al grito de los inmigrantes y al pedido del Papa Francisco, a los voluntarios con los que compartí vida, misión y pasión por la humanidad, a la inolvidable comunidad de Hermanas con la que compartí cuarenta días por ensenarme a discernir y hacer opción por la misión, a mi congregación por su confianza y deseos de ayudar en nuestra pobreza. 
Finalizo el testimonio rezando por todas las personas que no se cansan de hacer y buscar el bien en la isla, que une continentes y hermanos, con una parte de la oración del Papa Francisco a la Virgen de Puerto Salvo en su visita a Lampedusa en el 2013: “(…) Protectora de los inmigrantes y de los itinerantes, asiste con protección materna a los hombres, las mujeres y los niños obligados a huir de su tierra en búsqueda de paz y de esperanza. (…) Modelo de caridad, bendice a los hombres y mujeres de buena voluntad, que acogen y sirven a los que llegan a esta tierra: que el don recibido y entregado sea semilla de nuevos lazos fraternos y aurora de un mundo de paz.”

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