12/12/2024

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Un camino de escucha y diálogo en la Iglesia para la sociedad

Un camino de escucha y diálogo en la Iglesia para la sociedad

 

El 12 de noviembre de 2024, la UISG organizó el segundo encuentro Post Asamblea Sinodal 2024: "Llamados e implicaciones para nuestra Iglesia". El evento reunió a aproximadamente 200 participantes, tanto presenciales como en línea, provenientes de diversas naciones. Se centró en reflexionar sobre las implicaciones del Sínodo para la Iglesia, la vida consagrada y las comunidades locales.

 

El encuentro ofreció un espacio de escucha y diálogo sobre el camino sinodal iniciado durante el Sínodo y sobre las formas prácticas de implementarlo en las realidades cotidianas de los diferentes contextos eclesiales.


El evento contó con la participación de ponentes de renombre, entre ellos: la Hna. Nathalie Becquart, XMCJ, Subsecretaria del Secretariado General del Sínodo; el P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie, MCCJ, Superior General de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús y recientemente nombrado por el Papa Francisco como Obispo Auxiliar de la Arcieparquía de Addis Abeba; la Hna. Leticia Salazar, ODN, Canciller de la Diócesis de San Bernardino, quien participó en línea desde Estados Unidos; y el P. Mark Hilton, SC, Superior General de los Hermanos del Sagrado Corazón.

 

 

Un camino de escucha, diálogo y comunidad


El tema central de este encuentro sobre la sinodalidad fue la invitación a caminar juntos en una escucha mutua, fomentando relaciones y alentando una mayor apertura al diálogo. Se destacó que la sinodalidad no es solo un proceso de toma de decisiones, sino un verdadero estilo de vida que debe impregnar todos los aspectos de la Iglesia, desde el liderazgo hasta la formación, desde las prácticas cotidianas hasta las elecciones comunitarias.

 

 

La sinodalidad en la vida consagrada


Las comunidades religiosas fueron invitadas a desempeñar un papel protagónico en este proceso, encarnando los valores de la sinodalidad en sus procesos de toma de decisiones y en sus prácticas diarias. La vida consagrada, con su vocación profética, está llamada a dar testimonio de comunión, fraternidad y cercanía a los pobres. El mensaje fue claro: se debe mirar no solo las relaciones internas de las comunidades, sino también hacia el exterior, estableciendo diálogos y colaboraciones con otras religiones, con los no creyentes y con las diversas realidades de la sociedad.

 

 

Próximos pasos para una Iglesia sinodal

Los ponentes delinearon una serie de acciones concretas para avanzar en el camino sinodal en las diversas realidades eclesiales:

  • Continuar el camino sinodal dentro de las comunidades locales, promoviendo la consulta y el discernimiento, con especial atención a los contextos culturales específicos.
  • Renovar los procesos de toma de decisiones en las comunidades religiosas, fomentando un modelo de liderazgo sinodal basado en la escucha, el diálogo y el consenso.
  • Promover una mayor inclusión en los consejos de liderazgo diocesanos, asegurando una representación más equitativa y diversa.
  • Incorporar la sinodalidad en la formación de los miembros de la Iglesia, para que cada cristiano esté preparado para vivir en un contexto sinodal.
  • Apoyar la metodología de la "conversación en el Espíritu" como una herramienta de crecimiento y diálogo, que fomente la escucha mutua y el compartir.

Se invitó a las comunidades religiosas a convertirse en espacios de experimentación de estos principios, donde cada miembro sea involucrado y escuchado, creando espacios de diálogo que favorezcan la unidad y la comunión.

 

La importancia de la formación y la espiritualidad sinodal


Otro tema central fue la importancia de la formación continua y de la espiritualidad sinodal. La UISG anunció que, a partir del próximo año, ofrecerá cursos trimestrales de formación en diversos idiomas para capacitar a las comunidades religiosas en las prácticas y metodologías de la sinodalidad. Además, se alentó a los líderes religiosos a promover el diálogo con los laicos, involucrándolos activamente en los procesos de renovación sinodal y en la construcción de una Iglesia más inclusiva y abierta.

 

 

Un camino de esperanza para la Iglesia


Este encuentro recordó a todos los participantes que la sinodalidad es un camino continuo y dinámico que requiere un compromiso constante, paciencia y perseverancia. La Iglesia de hoy está llamada a ser una comunidad que camina junta, unida en la diversidad, comprometida con la misión de anunciar el Evangelio de manera nueva y relevante para nuestro tiempo.