En nombre de la Unión Internacional de Superiores Generales, la hermana Mary Barron expresa nuestra más profunda tristeza y nuestras sinceras condolencias por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco. Nos unimos en el duelo por esta inmensa pérdida con la comunidad católica global, una pérdida no solo para nuestras comunidades religiosas, sino para todo el mundo.

La vida del Papa Francisco fue un testimonio radiante de servicio, humildad, misericordia y un profundo amor por toda la creación. Su compromiso duradero con la inclusividad, la justicia y el cuidado de aquellos rechazados por la sociedad, aquellos que luchan en los márgenes, nos ha inspirado profundamente a vivir más plenamente el llamado del Evangelio al amor y al servicio.

Estamos profundamente agradecidos por su guía espiritual, que ha fortalecido a todas las comunidades religiosas en todo el mundo en su misión de encarnar las enseñanzas de Cristo. Su voz por la paz, la justicia, la compasión y el cuidado ecológico continuará resonando en nuestros corazones y acciones.

En su mensaje Urbi et Orbi de ayer, llamó a la paz y la reconciliación en las regiones afectadas por el conflicto, incluyendo Gaza, el Medio Oriente y otras partes del mundo. Exhortó a la comunidad global a abrazar la compasión, la unidad y el respeto por toda la vida humana, desde los no nacidos hasta los ancianos y marginados. Con su regreso a Dios, que sus sinceros llamados al fin de toda violencia sean escuchados con mayor claridad y se hagan realidad.

Al honrar su legado, reafirmamos nuestro compromiso de promover los valores que él tanto apreciaba. Oramos por el descanso eterno del alma del Papa Francisco. Que descanse en perfecta paz.